La estampa recoge la historia de la justicia de Herkinbald. El juez Herkinbald fue un legendario magistrado de Bruselas que, hallándose gravemente enfermo, tuvo conocimiento de que un sobrino suyo había cometido una violación y, sin abandonar el lecho donde agonizaba, le dio muerte degollándolo. Después de estos hechos y antes de morir, Herkinbald recibió la ostia en su lengua a pesar de no haberse arrepentido de su acción y de que el obispo le hubiese negado el sacramento. Esta comunión milagrosa ha de interpretarse una ratificación divina a la acción de Herkinbald. Es probable que la intención de Aldegrever al representar esta leyenda fuese que los protestantes alemanes se sintiesen identificados con Herkinbald y que creyesen que su ruptura con la Iglesia de Roma también sería considerada justa por Dios.