Grabados Maestros. La huella de Durero y Lucas van Leyden en la Colección Mariano Moret

Grabados Maestros. La huella de Durero y Lucas van Leyden en la Colección Mariano Moret
Centre Cultural La Nau de la Universitat de València
Sala Estudi General
29 noviembre 2012 - 17 febrero 2013
 
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La inédita y cuidada colección de estampas reunida por Mariano Moret se compone por más de un centenar de piezas de los siglos XV, XVI y XVII. Estas obras en papel, fruto resultante del arte del grabado, muestran la influencia ejercida por dos de los maestros más importantes en la historia de este arte, Durero y Lucas van Leyden, en el grabado centroeuropeo coetáneo y posterior. Todas las estampas proceden de grabados en hueco sobre metal, en su mayoría abiertos a buril sobre cobre, y salvo contadas excepciones fueron realizados por artistas pertenecientes al ámbito alemán o al flamenco-holandés. Obras de temas variados cuyo recorrido e interpretación otorgan interés y atractivo a la muestra y crean pequeños hilos conductores en el discurso expositivo. La violencia, la espiritualidad, el mito, lo popular, el amor, la pasión… curiosidades iconográficas y mensajes velados a través de las historias de los dioses y de los hombres.

Dos maestros del grabado. Durero y Lucas van Leyden, aunque con una diferencia de edad considerable, fueron contemporáneos. Nacieron y vivieron en ciudades distantes geográfica y culturalmente, pero sometidas a influjos recíprocos dentro de los límites territoriales del extenso y heterogéneo Sacro Imperio. Ambos artistas representaron temas similares con las mismas técnicas, pero desarrollaron un estilo personal y diferenciado, en el que lo autóctono, germánico y holandés respectivamente, se baña de un gusto y atracción común por rasgos propios del Renacimiento italiano. En 1521, su admiración mutua y otros intereses propiciaron su encuentro en la cosmopolita ciudad de Amberes, donde incluso se produjo un intercambio personal de su obra estampada.

Albrecht Dürer (1471-1528) fue un artista genial y excelente grabador que ejerció una dominante influencia en el arte gráfico posterior. Buena parte de las estampas de la Colección Mariano Moret fueron realizadas por artistas que trataron de aplicar en sus obras algunas de las aportaciones innovadoras del maestro e incluso copiarle. Altdorfer, Aldegrever, Hopfer, Beham, Pencz o Binck pertenecen a distintos centros de producción, regiones, ciudades o escuelas, pero en sus obras se aprecia la huella de Durero.

Lucas Hugenz de Leyden (1489/94-1533) fue un artista precoz y de vida corta en cuyos buriles se aprecian perfectamente su tendencia manierista y su genialidad compositiva y técnica a la hora de plasmar los temas. La movilidad de la estampa le permitió aprender a distancia de Durero y Raimondi, entre otros, pero también influir en ellos. Hacia 1520 en la feria de Fráncfort sus obras ya competían en ventas con las del maestro alemán. Pese a no tener discípulos, la popularidad de sus estampas perduró gracias al pintor y marchante Marteen Peeters de Amberes, quien compró sus matrices, las reeditó e incluso retocó entre 1540 y 1565. En la Colección Mariano Moret puede comprobarse su influjo en el grabado holandés y flamenco a través de las obras de artistas que le imitaron como Jan Muller y Jan Saenredam, o las de su admirador y también genio del buril, Heindrick Goltzius.

Los Pequeños Maestros alemanes. Desde mediados del siglo XVII se denomina así, Kleinmeister, a un grupo de grabadores alemanes que hicieron láminas reducidas, incluso diminutas, de técnica refinada y detalles precisos. Pertenecen a la generación inmediatamente posterior a Durero, al que trataron de imitar y del que tanto aprendieron. Existe la hipótesis de que, ante su maestría técnica y originalidad iconográfica, sus contemporáneos y sucesores, en especial los de Núremberg, sólo pudieron conseguir una clientela y protagonismo a través de estos grabados pequeños, casi siempre en metal, con representaciones de temas variados, asuntos mitológicos, de género y hasta eróticos, que fueron objetos codiciados por gobernantes y acaudalados, y causaron algunos problemas legales a sus autores.

La iconografía religiosa. Fuentes, visiones e interpretaciones. En el siglo XVII se divide la cristiandad. Se difunden las doctrinas protestantes promulgadas por Lutero y Calvino, y tienen lugar la Reforma y la Contrarreforma. Desde finales de la Edad Media en ciudades holandesas y alemanas se había originado una corriente espiritual conocida como la devotio moderna que abogaba por una piedad íntima, personal, basada en el propio conocimiento de las escrituras, la oración y el diálogo con Dios. Las imágenes adquirieron gran protagonismo, en especial las que muestran episodios del Antiguo Testamento, tratados de manera cercana, terrenal, humana. En ocasiones, igual que en los asuntos mitológicos, fueron una excusa para representar desnudos, violencia, pasiones o crueldad como la de los viejos que acosaron a Susana, la poderosa belleza de Judith o el repudio de Amnón a su hermana Tamar a la que había violado previamente. Temas que muestran inquietudes y emociones, mensajes subliminales y cierto erotismo que eran objeto apreciado en la época. Las series de la “Pasión” y del “Apostolado” o “Credo corto” también tuvieron protagonismo en esta etapa y pueden admirarse en la Colección Mariano Moret.

Mito, historia e historias. La presencia de temas relacionados con la mitología y la historia antigua en la Colección Mariano Moret podría explicarse desde el contexto cultural y artístico que refleja la expansión de las ideas humanistas surgidas tiempo atrás en Italia. Las ideas clásicas, las formas y los mitos, se renuevan con el neoplatonismo y la lectura armonizada del pensamiento antiguo y el espíritu cristiano. Las estampas fueron un instrumento decisivo para su difusión. Historias de dioses con intención moralizante, deidades que simbolizan dinastías, vicios, virtudes o planetas. La mitología fue muchas veces la máscara, el disfraz bajo el que se escondían instintos, deseos y bajas pasiones. Un lenguaje que entendieron y aplicaron en sus obras muchos artistas del Renacimiento. Las estampas llegan a mostrar temas prohibidos, transgresión y perversión, que no podían representarse de forma explicita salvo con personajes y asuntos legendarios, donde lo ficticio distanciaba al espectador de la sensación de pecado.

El poder de las mujeres. La mujer tiene un protagonismo especial en la colección. El título se inspira en dos series que compuso Lucas van Leyden dedicadas al poder femenino y el peligro que podía suponer para el hombre. Mujeres pérfidas y castradoras que utilizan sus encantos para abatir la virilidad de su víctima, como Dalila o Salomé, y otras que se convierten en ejemplo por preservar de algún modo, hasta con su muerte, la castidad, su virtud más preciada, como ocurre con Susana, Dido o Lucrecia. La mujer fuerte que utiliza su atractivo sexual para vencer al enemigo está representada por Judith o Tomiris. Estas series ejercían una especial fascinación y fueron muy demandadas. Como modelos a seguir o a evitar, esas mujeres interpretadas por los hombres, reflejan sentimientos ambivalentes de temor y atracción.

Alegoría, moral o fantasía. Varia iconográfica. El lenguaje alegórico, con sus códigos cultos o transparentes, está muy presente en el arte de la época y en las estampas de esta colección. Alegorías, personificaciones de virtudes y vicios, de planetas, de elementos de la naturaleza, llegan a las escuelas del Norte bajo el influjo italiano y a veces, se bañan de ecos locales. Escenas aparentemente cotidianas, leyendas populares con intención moralizante, alusiones macabras a la caducidad de la vida, invitación a gozar de sus placeres, figuras fantásticas, inquietantes, grotescas. Una gran cantidad de temas y asuntos ambiguos que nos acercan a la época, compleja y cambiante, de múltiples influencias y fuentes de inspiración. Vida y muerte, erotismo y castidad, lo sagrado y lo profano, lo culto y lo popular, lo sublime y lo grotesco, el amor y el dolor. Eros y Tánatos. La vida misma.

Felipe Jerez Moliner y Nuria Blaya Estrada. Comisarios de la exposición.